¿Ya bañas tu nariz?

by Cris Montes

No estamos descubriendo nada nuevo si te decimos que la nariz es un órgano primordial al que probablemente le concedemos menos importancia de la que debiéramos. Por nuestra nariz pasan unos 11.000 litros de aire al día y obviamente dejan algunas bacterias y polvo. ¿Alguna vez te has parado a pensar que es uno de los orificios que más ensuciamos y que menos limpiamos? 

¿Qué es y para qué sirve la lota nasal?
En sánscrito, Jala Neti es el nombre que se da a la limpieza nasal a través del uso de la lota. Tiene su origen en la medicina Ayurvédica y es un pequeño y sencillo instrumento para la higiene nasal que se utiliza desde hace miles de años en ejercicios de purificación practicados por yoguis del Tíbet y la India. Su aspecto es el de un recipiente con un asa en un extremo y un pequeño pitorro en el otro; con la lota puedes limpiar la nariz, los compartimentos nasales y los senos craneales.

 

Las puedes encontrar en diversos materiales: cerámica, acero… Y al contrario de lo que ocurre con algunos sprays inhaladores, es un producto ecológico y duradero –su vida útil es de más de 20 años–, y no resulta invasiva, ni agresiva y tampoco introduces en tu organismo ningún tipo de químico.
La lota trabaja a nivel de los senos nasales y paranasales, resulta recomendable en casos de sinusitis y rinitis. Con la limpieza se evitará que se acumule suciedad y moco, lo que impedirá desarrollos infecciosos, cuadros graves de sinusitis o catarros; se mantendrá una adecuada higiene de garganta, nariz y oídos y favorecerá la respiración.
 
¿Cómo tengo que usarlo?
Llena la lota de agua limpia y tibia, y vierte un 1/3 de cucharadita de sal.  Asegúrate que la sal se diluye por completo. El objetivo es conseguir que la temperatura y salinidad se aproxime a la de los conductos nasales y evitar que se produzca un intercambio osmótico de líquidos con las membranas nasales.

Inclina el cuerpo hacia delante, introduce el extremo de la lota en una de las fosas nasales y ladea la cabeza al lado contrario –si empiezas con el orificio izquierdo inclina la cabeza a la derecha– y ve vertiendo poco a poco.

Respira por la boca y comenzarás a expulsar el agua inhalada, ahora sucia, en este caso, por tu fosa nasal derecha. Se trata de que el líquido entre por el lado superior de la nariz y salga por el inferior.

El líquido tibio recorrerá los conductos nasales, expulsando suavemente  gérmenes y sustancias diversas. Al mismo tiempo, limpiará el lagrimal y relajará las terminaciones nerviosas faciales.
Haz esto con la mitad del líquido de la lota y después cambia de lado.

Una vez se haya acabado el agua, tápate alternativamente la nariz y sopla con fuerza para expulsar la suciedad.

En el caso de que los conductos estén muy obstruidos, el agua no circulará de un lado a otro, por lo que deberás hacerlo de manera independiente en cada lado, tapando el agujero inferior y sin tragar el agua que pase al paladar.

Sabrás que la limpieza nasal se ha realizado correctamente porque notarás que la sensibilidad olfativa ha aumentado.
 


Precauciones

  • La limpieza nasal no debe durar más de 5 minutos.
  • No utilices la lota nasal en el caso de sufrir hemorragias nasales.
  • Ten en cuenta que el agua solo debe fluir a través de la nariz, si la sientes en la garganta o la boca es indicativo de que la posición de la cabeza es incorrecta. En ese caso, párate y ajusta la postura.
  • Asegúrate de que tus fosas nasales queden secas al final del proceso, de lo contrario puedes sentir síntomas de resfriado a posteriori.
  • Se aconseja hacerlo preferiblemente al despertar y en ayunas. En el caso de que se quiera hacer para paliar el insomnio o los ronquidos, sí puede hacerse antes de acostarse. En cualquier caso, se recomienda no hacerlo después de las comidas.

Beneficios
  • Limpia en profundidad la nariz, así como los compartimentos nasales y senos craneales.
  • Elimina suciedad, toxinas, gérmenes y mucosidades de las vías respiratorias altas.
  • Aumenta la resistencia y disminuye la aparición y duración de los resfriados y gripe.
  •  Alivia dolencias respiratorias como alergias, asma, resfriados, sinusitis, rinitis, faringitis, bronquitis, etc. Incluso se ha comprobado que es eficaz con problemas de ronquidos, dolor de cabeza o afonía.
  • Favorece la respiración, la capacidad respiratoria y regula las funciones secretoras y neurovegetativas de la mucosa nasal.
  • Mejora las funciones de las fosas nasales como son la olfativa, gustativa, filtro, humidificación, defensa y recalentamiento.
  • Contribuye a favorecer las funciones auditivas, de fonación, drenaje lacrimal y también ayuda a mejorar la salud de ojos, garganta y oídos.
  • Ayuda a relajar los músculos faciales.
  • Incrementa la energía, despeja y relaja la mente y equilibra el sistema nervioso.

 

Fotos: Bodhi | Fotor | Olokuti | Unsplash


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