7 ideas para evitar el desperdicio alimentario en confinamiento

by Cris Montes

 

El COVID19 nos ha puesto la vida y nuestro día a día patas arriba. Y la alimentación también se ha visto alterada, porque hay más tiempo para elaborar comidas caseras y porque los hábitos de compra también han cambiado: han aumentado las compras online, al no poder salir a comprar continuamente y la poca frecuencia con la que salimos a comprar, así como el miedo al desabastecimiento hace que en ocasiones compremos a lo loco, sin pensar demasiado. Lo que no debería cambiar, aunque sea tiempo de confinamiento, es nuestra contribución a evitar el desperdicio de alimentos porque las cifras son tan desalentadoras como terribles.

Ahora que estamos en casa hasta nuevo aviso, gestionar la nevera y la comida es imprescindible: que no nos falte de nada, pero obviamente, que nada se estropee y tengamos que tirarlo. 

Aquí van algunas ideas para evitar el despilfarro alimentario y contribuir a la salud del planeta y de nuestro bolsillo teniendo una despensa eficiente.

Revisa y organiza el stock. Antes de comprar más alimentos organiza tu nevera, congelador y despensa. Ordena los alimentos por fecha de caducidad, para que puedas consumirlos antes de que se echen a perder. También es cierto que las fechas de caducidad son orientativas, ya que algunos productos se pueden consumir si hace poco que ha pasado su fecha. Eso sí, evita hacerlo con alimentos frescos como carne o pescado, ya que en ese caso podrías sufrir una intoxicación alimentaria. Asimismo, chequea y revisa bien qué tienes y qué te falta para evitar comprar cosas que no necesitas.            

  

No salgas sin tu lista de la compra. Sal de casa con una lista y con unos menús genéricos planificados; es la manera de no comprar al tuntún y tener que improvisar. Llevar apuntados aquellos productos que necesitas te permitirá ajustar mucho mejor tu compra. Ah, recuerda no hacer acopio de productos, el abastecimiento está garantizado, no los vas a usar todos de golpe y haciendo eso estás impidiendo que otras personas puedan adquirirlos. Exacto, compra con cabeza y sólo aquello que realmente necesites.

Sácale partido al congelador. Si tienes almacenados muchos productos con una fecha de caducidad corta congélalos y ve sacándolos a medida que los uses. Será la manera de evitar que se estropeen y tengas que tirarlos a la basura.

A cada alimento, su temperatura. Conservar los alimentos a la temperatura correcta es fundamental. Deja la compra en un lugar adecuado y no tengas productos frescos demasiado tiempo fuera de la nevera.

  

Recuerda que la temperatura óptima de la nevera son 4 ºC; el lugar más frío es abajo y al fondo; el calor tiende a ir hacia arriba y, por tanto, es en la parte superior delantera de la nevera donde hace más calor. Por tanto, las cosas que se estropean antes (carne cruda, pescado, restos de comida…) sitúalos en la zona más fría. Los lácteos, como yogures y demás, en el estante de encima y arriba de todo, los huevos, quesos y aquellos productos que no necesiten tanto frío. Por cierto, si quieres que frutas y verduras se conserven más tiempo, guárdalas también en el frigorífico, en este caso, en el cajón. Excepto berenjenas, pimientos, plátanos o tomates, el frío no les va bien y modificará su sabor.

Día de cocinar. Una buena solución para ahorrar recursos y reducir las sobras puede ser dedicar un día a preparar las comidas y cenas semanales. Cuando te pongas a cocinar no olvides ajustar las recetas y las cantidades a las personas que van a comer, es una manera de que no quede después comida en el plato.

No tires, reaprovecha. Si te sobra comida vuelve a aprovecharla preparando nuevas recetas. Seguro que se te ocurren ideas para no tener que tirar esos alimentos. En el caso de que hayas cocinado más de cuenta y no quieras repetir ese mismo día, congela.  No te olvides que muchos de los productos y alimentos que usamos a diario son versátiles y permiten múltiples elaboraciones, por eso es aconsejable que cuando planifiques los menús, pienses también en platos que te ayuden a reaprovechar alimentos en varias ocasiones. Asimismo, en el caso de que hayas comprado demasiado, reutiliza esos alimentos para hacer mermeladas, helados, conservas, cremas…

  

Recicla. No te olvides de reciclar y tirar donde corresponde cada uno de los envases de los alimentos y productos utilizados.

Os dejamos un par de enlaces con iniciativas interesantes relacionados con el tema:

 

Fotos: Freepik ı Pinterest ı Pixabay ı Unsplash. 

 

 

 

 

   

 

     

 


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