Una empresa sostenible que aúna arte, ética y una visión cosmopolita (Dossier empresarial)

by Equipo Olokuti

No es una ONG, es una empresa. Sus fundadores proceden en algun caso de escuelas de negocios de prestigio. Se trata de crear, afirman, un nuevo tipo de empresa que una compromiso, arte y una concepción más humana del negocio.

OLOKUTI es un nuevo concepto de empresa que pretende aunar comercio alternativo, promoción de arte y artesanía y punto de encuentro entre personas de diferentes partes del mundo. Los impulsores de esta sociedad limitada S.L. consideran que además de impulsar una empresa vale la pena intentar que ello repercuta en sus vidas y en las de su entorno. Los ocho socios de Olokuti presenta perfiles muy cosmopolitas y también tienen formaciones distintas. Los hay expertos en telecomunicaciones, en consultoría de empresas, artistas y también entendidos en comercio. Su ambición es que además de que el proyecto sea un éxito es conseguir que “aunque ganemos menos dinero personalmente, podamos trabajar en cosas en las que realmente creemos”, explica una de las impulsoras, Bibi Wong, china –holandesa. De momento en Olokuti trabajan a plena dedicación 2 de los socios pero la perspectiva es de ir incorporando más personas a medida que la demanda aumente.

Olokuti está ubicada en una casa antigua del barrio barcelonés de Gracia. En la calle Astúries. Tiene un valor añadido: un jardín interior que los impulsores de esta iniciativa usan para proyecciones de audiovisuales, actuaciones intimistas de música o incluso coloquios. En este espacio se pueden consumir relajadamente productos como café o té procedentes de países exóticos. Detrás de este proyecto no hay sólo una voluntad alternativa. Existe una planificación. La parte oculta son, por ejemplo, la gestión de más de 5.000 referencias y más de un centenar de proveedores, algunos de los cuales se hallan en países muy distantes. Para ello se ha diseñado un sistema informático a medida que tiene dos páginas web como elementos externos. Una es la que muestra qué es y cuál es la filosofía de Olokuti a la que se ha aplicado un mecanismo que permite realizar pedidos on-line. La otra página era propiedad de uno de los socios y tiene como nombre Samarkandia. Se trata de un lugar especializado en la venta de réplicas de productos medievales, desde armas hasta vestidos de época. Esta última aplicación responde a una afición muy extendida en otros países como Francia que combina el coleccionismo de productos como los indicados con los elementos necesarios para los juegos de rol.

EMPRESA Y AMISTAD
A pesar de tener espíritu de empresa, el montaje de Olokuti tiene también componentes de camaradería. Así, Bibi Wong explica: “esta casa se ha tenido que remodelar, y nos han ayudado amigos que son arquitectos o interioristas”. No obstante, los trabajos duros los han tenido que contratar, aunque reconocen que de no ser por la colaboración de los socios y los compañeros la inversión necesaria para poner en marcha el proyecto habría quedado fuera de sus posibilidades. ¿Qué vende Olokuti? Pues un poco de todo. Hay obras de arte que localizan mediante sus contactos en lugares tan distantes como Japón o China donde tienen contactos e incluso corresponsales fijos. “Se trata de descubrir y dar a conocer trocitos de mundo, para que todos veamos que hay otras formas de pensar”, añade Bibi. En este sentido la sede de Olokuti cuenta con una pequeña librería y tienda de música. A medio plazo la intención de Olokuti es abrir una segunda tienda siempre que se haya podido amortizar la inversión hecha en la primera. Se haría en Barcelona y bajo la supervisión del equipo actual. Lo que de ninguna manera se prevé es ni solicitar financiación externa ni dar entrada a nuevos socios. Una cosa que remarcan desde esta empresa es que los productos de consumo que venden tienen todos la garantía del comercio justo, bien porque son comprados en origen siguiendo los principios de esta práctica bien porque cuentan con la supervisión de las entidades certificadoras competentes, que en algunos casos son ONG como Intermon Oxfam o Alternativa3 o Ideas, que a veces son también distribuidoras de los mismos productos. De cara al futuro, el mercado del comercio justo crece sin parar, afirma Wong, que destaca que algunas ONG han entrado en canales de las grandes empresas de distribución


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